El mercado viene experimentando grandes transformaciones, debido a los avances tecnológicos y la expansión de Internet. Hoy, el trabajo remoto dejó de ser una tendencia para convertirse en una realidad inevitable.
Muchas investigaciones indican que la creación de equipos con diversidad cultural aumenta la calidad de los resultados en las empresas, y esto es un incentivo para conformar equipos con profesionales de diferentes países, ciudades y culturas.
Trabajar desde cualquier parte del mundo se convirtió en sinónimo de autonomía y libertad y en un estilo de vida deseado por muchos profesionales. Pero ¿tienes el perfil para trabajar en este formato?
Primeramente, hay que reconocer que no todas las funciones se pueden realizar de forma remota. Por ejemplo, los puestos que se basan en la administración de maquinarias, los equipos de venta en tiendas comerciales o la mayoría de los profesionales de la salud, requieren presencia física en el lugar de trabajo o servicio. Por lo tanto, este formato de trabajo no necesariamente es funcional para todos.
Ahora bien, si tu profesión te permite trabajar de forma remota, queremos compartirte algunas de las habilidades que necesitarás para aventurarte en este formato.
#1 Compromiso.
¿Cómo gestionas tus tareas? Si crees que tienes un perfil que solo «funciona en control», bajo presión y con un gestor que te supervise en todo momento, es posible que enfrentes grandes desafíos al trabajar desde tu casa.
El trabajo remoto requiere que te comprometas con tus demandas sin que nadie te presione para que las hagas. Parece simple y obvio, pero muchos profesionales solo producen bien si hay alguien que los guía en todo momento. Analiza tu día a día y revisa tus actitudes de liderazgo. Si te identificas con esta pasividad, intenta encontrar acciones cotidianas puntuales en las que puedas mejorar tu autogestión.
#2 Organización.
La vida diaria de una empresa implica, la mayoría de las veces, una rutina. En el home office, el profesional tiene mayor libertad para organizar las horas de trabajo, esto le permite no «forzar» la creatividad y usarla de una manera más fluida y natural.
Sin embargo, la libertad sin madurez puede convertirse en una trampa. Es importante establecer una rutina, sobre todo si tu casa se ha convertido en tu oficina. Organiza tus días y horarios de producción y también organiza el entorno de tu hogar o espacio de trabajo.
En una empresa, incluso en las más disruptivas, difícilmente encontrarás una pizza del día anterior en tu mesa o zapatillas y ropa tirada en el piso de tu espacio de trabajo. Sí, es una delicia poder trabajar más libremente, pero esto no tiene que ser sinónimo de relajación total. La organizadora y creadora del método que lleva su nombre, Marie Kondo, se convirtió en un éxito precisamente porque nos recuerda el valor de habitar ambientes organizados. Si aún no la conoces, te recomendamos su libro y serie en Netflix.
Otro consejo es vestirte como si fuera a trabajar. No tiene que ser tan formal, pero es importante no quedarse en pijama todo el día. El acto de prepararse para el momento del trabajo despierta la mente hacia la productividad. No hace falta decir que mantenerse en pijama puede generar el movimiento opuesto, ¿verdad?
#3 Aprendizaje continuo.
En una empresa, estamos en contacto diario con muchos profesionales, y a través de conversaciones cotidianas, descubrimos tendencias y temas relevantes para nuestro trabajo. El home office puede crear un cierto «aislamiento», reduciendo las posibilidades de que ocurra el valor de este intercambio entre profesionales. Por lo tanto, depende de cada uno mantenerse actualizado, en constante búsqueda de conocimiento e interactuando con profesionales del área y colegas de trabajo.
En resumen, la libertad es un logro. Si administras tu tiempo correctamente, desarrollas habilidades de autogestión y te comprometes con tus entregas podrás disfrutar del trabajo remoto con tranquilidad.
¡Adelante!
1 comentario
Un post fantástico, así da gusto leer, gracias por compartir